EPILOGO

Toda muerte debería ser llorada, desde la mas mínima a la más grande, toda muerte produce un enorme dolor y tristeza.

Perder a una persona querida, perder todo lo que fue y pudo ser.
Todos sus logros, todas sus alegrías y tristezas deberían ser recordadas, disfrutadas y estudiadas.

Pero esto no es así.
No en este mundo.
No en este lugar.

Pero aunque el mundo entero no pueda recordar a una sola persona.

Nosotras lo aremos.
Nosotras y todos aquellos que así lo deseen.

No estaba completamente segura de hacer esto, tomar este cuaderno que contiene los pensamientos y el alma de Casandra.

¿Sería un insulto escribir donde ella lo hiso?

O seria un tributo.

Sé que para ella sería un honor.

El mundo que ella dejo.
El mundo en el que vivimos.

Un mundo que se esfuerza por sobrevivir.

Kimira está a mi lado.
Ella siempre lo estará.

En este diario está escrita la historia de Casandra.
En este diario esta una parte de su vida.
En este diario esta su muerte.
Este diario es una parte de Casandra.

Casandra siempre está con nosotras.

Mi nombre es lluvia.

Este es el mundo donde vivimos.

Un mundo que se esfuerza en vivir.
Vivir en medio de muerte.

-lluvia.



Su nombre escrito en la carta.

Sin embargo, el nombre del remitente estaba ausente, algo típico, pensó Karla.
Algo típico en estas fechas, algo típico en este tipo de “acercamiento”.

Una carta de amor anónima.
¿Existe algo más anónimo que el amor?

Por mucho que trates de expresarlo y demostrarlo, al final, solo uno mismo sabe que tan grande es el amor que se lleva dentro.

Solo un día.
Un día para el amor.
Un día para la amistad.

La carta del día de hoy era la misma de todos los años.

Era la misma letra, las mismas palabras, las mismas expresiones.

Y en el mismo día.

Karla parecía estar harta de esto.
Pero tal vez en el fondo.

Ella deseaba, año con año, la llegada de este día.
La llegada de esta carta.

La llegada de esas palabras nunca dichas;  siempre escritas.

Leídas en voz baja.

La misma carta.
El mismo día.

Las mismas palabras de amor……
Casi distintas.
Casi reales.
Una carta de amor.

Algo tan irreal.

Año con año, la misma carta.
El mismo papel amarillento.
El mismo aroma.

¿La misma carta?

Karla se pregunta si en su soledad,
no es ella misma quien se envía la carta.

Quizás es el recuerdo de un viejo y olvidado amor.
Quizás es solo un anhelo

Solo su nombre escrito en la carta.
Como remitente y destinatario.

Como un amor demente y oxidado.




Su cabello color fuego
Su aroma a cerezas
Su mirada penetrante
Sus manos me mantienen preso

Es una maldición?

Sus manos no podrían detenerme
Sus palabras son solo susurros
Si pide un beso mas
No abra nada que me detenga

Es una bendición?

Su piel refleja la pasión pasada
Terminada en un lapso de placer y perdición
Sus labios susurran recuerdos de lenguas usadas
Sus ojos, pausados….

Es su rojo cabello
Es su pasión desbordante

Son sus piernas enlazadas en mis manos

Son sus labios enredados en mi lengua

Son sus ojos….

Su cabello rojo.